Tanto el mito, la leyenda y el
cuento, con grados más o menos distantes uno del otro, pertenecen al mundo de
la imaginación creativa y se constituyen en tales a partir de un momento dado,
es decir, cuando emprende una navegación
comunicacional de largo aliento hasta hacerse tradición, pertenencia y parte
cultural de la historia de un pueblo.
De todos, el Mito es quizás el más puro y surge como
explicación de algo que tiene que ver con la Cosmogonía. La
leyenda está más identificada con los elementos dinámicos y protagónicos de la
mitología en tanto que el cuento constituye el ensamblaje o integración de los
elementos de la leyenda de forma que pueda ser narrado.
No todas las leyendas son irreales como es la creencia
general. Hay leyendas que tienen un
sustento de verdad y otras que teniendo un sustento histórico son falsificadas
o alteradas como creo es el caso de la leyenda “Rosa del bosque” dada a conocer
por Celestino Peraza en su libro “Leyendas del Caroní” publicado en 1988 por el
Ministerio de Educación conjuntamente con la Academia Nacional
de la Historia
en la serie “Biblioteca Popular Venezolana”.
“Rosa del bosque” que la tradición upatense ha venido
remplazando por “Rosa de la
Montaña ” en alusión a
un árbol autóctono de flores rojas que así se llama (Brownea grandiceps), marca, según la leyenda, el
nacimiento o fundación de Upata por Fray Buenaventura de Celedonio y Antonio Moreno de Mendoza, hijo del
fundador de Angostura, Manuel Moreno de Mendoza en honor a Up-Ata, cacica de
los Arinagotos, herida mortalmente por una flecha envenenada, disparada por el
indio guarauno Tocoma al verla en brazos de un blanco.
Aquí comienzan las alteraciones de la leyenda o su choque
con la historia que documentalmente sitúa la fundación de Upata el 7 de julio
de 1762, dos años antes que Angostura, por lo que no pudo ser un hijo de Moreno
de Mendoza de nombre Antonio (el hijo de Moreno de Mendoza se llamaba José
Antonio, además de Joaquín y Manuel) ni tampoco Fray Buenaventura de Celedonio
o Celonio quien aparece históricamente como fundado de la Misión de Santa Cruz del
Calvario en 1760.
Quienes históricamente aparecen como fundadores de la villa
de San Antonio de Upata, son los frailes Benito de La
Garriga , Fray Jaime de Anglesola, Fray José de la Guardia y unas 26 familias
españolas. Upata no fue fundada como
Misión de Indios sino como Villa en un valle fértil y de agradable clima
rodeado de colinas. La Misión de Indios más
cercana a Upata era la Misión
de San José de Capapuy, a media legua, que existía desde el año 1733. Algunos
indios de Capapuy fueron utilizados como piones en la fundación de la iglesia y
primeras casas de Upata.
Otra deformación de la leyenda se encuentra en el
significado de Upata. Según Celestino
Peraza significa “Flor del bosque”, pero el significado en lengua de los
Arinagotos o Arecuna, Pariagotos o Guayanos, es “Mi Tierra”. Esto lo explica muy bien el historiador
upatense Carlos Rodríguez Jiménez, embajador de Venezuela en Japón por mucho
tiempo, basado en las investigaciones de Andrés Brito y el Padre Cesáreo.
He aquí lo que dice
Fray Cesáreo de Armellada, misionero
capuchino, lingüista e historiador,
autor de numerosas obras de gran importancia para el conocimiento de los
pueblos indígenas: “Por desconocimiento de la lengua de los indios guayanos, han
sido mucho los fantasmas con que han querido descifrar el significado de
vocablos como Upata y Yocoima. Estos
fantasmas adornados con leyendas y repetidas ciento de veces, han formado
quizás una tradición que resulta molesto tener que destruir. Pero entiendo que a la vez habrá personas
deseosas de saber la verdadera
significación o etimología de esas palabras. Y bien, podría entender que la
verdad fuera más bella que la fantasía desprovista de verdad y de fundamentos. Upata significa ciertamente y ninguna otra
cosa más que “Mi tierra”. Es palabra
compuesta de U, mío y Pata, tierra o lugar.
Se ve claro que los guayanos o pariagotos usaron varias veces pati o
pata indistintamente y así tenemos el nombre de Guasipati, Kurumapati y algunos
otros. Yo pregunto si no es hermoso
tener por pueblo natal uno cuyo nombre por antonomasia sea “Mi tierra, mi hogar
o mi pueblo”.
Explica el sacerdote que Yokoima es el riachuelo, que
sirvió de pretexto para hacerle un bello puente a Upata (Upata del Yocoima). Cualquiera que tenga el oído un poco
acostumbrado a las palabras de los indios Pemón, primo hermanos de los Guayanos
o Pariagotos, recordará los nombres de Roraima y Kinotoima, Auraima, etc y no
se engañará al emparentarlos con Yokoima.
“Es bien seguro que en las cabeceras de este riachuelo
Yokoima se encuentran algunos manantiales con sus más o menos borbollas o
burbujas. Esos para los indios
significaba y significa que aquí está escondida Yokoima, la gran serpiente, que
es el mismo Arco Iris, de quien tomaron sus colores todos los pájaros pintados”(E
l escritor Eduardo Oxford López publicó una versión
muy distinta)
gracias por tan lucida investigacion y compartirla,es positivo descubrir la verdad y saber nuestras autenticas raices
ResponderEliminarEs muy nutriente estás aclaraciones provenientes del trabajo de investigadores
ResponderEliminarcomprometidos con la verdad histórica.