El mito de Canaima, divinidad del mal, enemigo
irreconciliable de los Arecunas, pese a
que Gallegos lo hace trascender a través de su novela del mismo nombre, es otro
novelista, José Berti, quien mejor conoció del mito por haber convivido con la
etnia durante casi toda su existencia.
Gallegos apenas estuvo trece días en Guayana y supo de ese mito, ¿por
boca de quién?, del mismo Berti o del Conde Cattáneo, quien llevaba buenas
relaciones de amistad con el novelista tovareño. Ambos convivieron en una empresa de
explotación minera.
Lo
cierto es que Gallegos cuando vino a Guayana en febrero de 1931 fue atraído por
la explotación del Balatá para que le sirviera como eje en su aspiración de
escribir una novela de la selva, pero se encontró con ese mito tan sugestivo de
Canaima alrededor del cual dio a luz la novela de su nombre que empezó a escribir
en Nueva York y terminó en España.
Allá
mismo en España la publicó en 1935 y los primeros ejemplares ingresados a
Venezuela fueron decomisados por aquel pasaje de la obra surgido de un diálogo
entre Marcos Vargas y Manuel Ladera que lastimaba la susceptibilidad de los
censores del Gomecismo:
-Ahí
tiene la historia de Venezuela un toro bravo, tapaojeado y nariceado, conducido al matadero por un burrito bellaco.
Sin
embargo, la explotación del Balatá la abarca la novela aunque su centro social
y sicológicamente neurálgico es Canaima
“dios frenético, principio del mal y causa de todos los males que disputa el
mundo a Cajuña el bueno”.
Escribiendo
sobre la obra de Gallegos, el escritor Fernando Aisa señala que Canaima encarna
el mito de la selva como deidad maléfica cuyo espíritu deambula sembrando
destrucción y muerte. Como enemigo del
ser humano “desata la tempestad, las fieras, los animales venenosos y todo
peligro oculto en la selva”. Canaima
invade el espíritu del hombre, inyecta en él la fiebre del oro, la ira y la
locura. Contra él lucha Cajuña, el dios
bueno, que siempre sale derrotado. Este
mito aborigen rescatado por Gallegos expresa la eterna lucha entre el bien y el
mal.
En
la novela de Berti, “Hacía el Oeste corre el Antabare” la figura de Canaima no
obstante ser un mito es más objetiva, es
como el leitmotiv de todos los relatos de la selva allí contenidos y en los
cuales son protagonistas miembros del pueblo Arecuna diseminado en tribus entre
el Caroní, el Antabare y su principal afluente el Río Paragua.
Los
Arecunas se creen inmortales, pero consciente de que esa inmoralidad tiene un
enemigo constante e irreconciliable del cual tendrán que cuidarse en cada paso
de su vida. De manera que la etnia no cree en la muerte accidentalmente trágica
o naturalmente biológica sino en la muerte causada en cualquier forma por un
ser extraño, misteriosamente vengativo, diabólico, y que personifican con un
sustantivo único: Canaima. Canaima
siempre anda al acecho, calibrando sus andanzas hasta cortarlas. Canaima los persigue inagotablemente sin
cesar. Es, a decir de Berti “un ser
poliforme que toma nombres diferentes según el sitio que habite,
bajo las aguas, en la cúspide de los montes o en lo profundo de las cañadas; su
ubicuidad es portentosa, no hay refugio ni lugar agreste o solitario donde no
se esté al alcance de su guadaña impía.
Si un indio enferma de pulmonía, dice que Canaima le dio un golpe en el
pecho; si le duele el estómago, dice que Canaima le echó veneno en la comida;
si el paludismo endémico en toda la región, le ataca, lo atribuye también a
maleficios de Canaima; de manera que Canaima, o sea la muerte, es su implacable
y eterno enemigo. Dicen que es un Indio muy feo, negro, desnudo que habita en
lóbregas cavernas, en lo más recóndito de la selva y que sólo vieja de noche;
sus armas son: un garrote de tres filos y una tapara de veneno”.
Lo
cierto es que este mito de Canaima que subyuga y atormenta a los Arecunas, ha
sido constante fuente de inspiración para los creadores literarios, plásticos y
musicales que encuentra poesía en los maléfico e incluso ha servido para
identificar al Parque y la
Laguna de su nombre donde se alza un campamento turístico
desde que en los años cincuenta fue dado a conocer por el Capitán aeronáutico
Charles Baugham.
Juan
Ramón Suárez Zambrano, profesor de letras y literatura de los Andes merideños
en su trabajo “Telurismo Narrativo en José Berti”, habla sobre el inconsciente
colectivo de Jung y lo atractivo misterioso de las historias míticas. Cita también a Frazer sobre la validez del
mito y su retención en la memoria como fuente de atracción sobre la imaginación
creativa. De esta manera, dice,
José Berti participa en su posición individual en aquel inconsciente
colectivo comunitario (en este caso de los Arecunas) con la pretensión de enaltecer y proyectar lo vernáculo, la
raíz de lo autóctono venezolano y latinoamericano.
Fui victima de un canaima... no es un mito, llegue a casa investigando sobre estos seres espirituales debido al trauma que vivimos dos amigos y yo durmiendo en la sabana de, Santa Elena de Uaire, todo ocurrio entre la una y dos de la madrugada, salimos corriendo despues de aquella presencia que sego a uno de nosotros por segundos y a mi particularmente me dejo sin respiracion y me tenia apretado al punto de no poder respirar, al invocar el nombre de Dios todo fue peor, quizá muchos no comprenderían esto solo quienes estuvimos bajo ese moriche esa noche sabemos lo que ocurrio y lo que sentimos, al dis siguiente, nos llevaron con la comunidad Pemon que hace vida en los alrededores, quienes dieron respuesta al mal que la noche anterior nos perturbo y del cual no sabiamos, fue entonces cuando comprendimos el ruido que antecede el ataque de un canaima, el cual al ser descrito no pudimos hacer mas que ponernos a llorar... la gran sabana es una experiencia inolvidable pero debo decir que me deje ganar por el miedo esa misma noche decidi volver a casa y sin deseos de volver nuevamente a esa parte del pais que nos ofrece maravillas visuales y que tanto me encanta...
ResponderEliminarGabriel Aliendres Martinez.
Amigo, por favor cuentame un poco mas del ruido !! me interesa, vengo de colectar ataques de Canaimas...
EliminarJajaja, qué locura pa, te encontré mientras hacía tarea
Eliminartienen un silvido caracteristeco, no te l podria escribir por aca
ResponderEliminarhe tenido experiencias similares a lo que le paso al pana
ResponderEliminarhola amigos, leí atentamente sus relatos y me gustaría saber mas al respecto y saber si fueron realmente victimas de canaimas.
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